Allá en el rancho grande, allá donde vivía,
Había una rancherita que alegre me decía
que alegre me decía:
Te voy hacer tus calzones como los usa el ranchero;
Te los comienzo de lana, te los acabo de cuero.
Allá en el rancho grande, allá donde vivía,
Había una rancherita que alegre me decía
que alegre me decía:
Nunca te fies de promesas ni mucho menos de amores.
Que si te dan calabazas verás lo que son ardores.
Allá en el rancho grande, allá donde vivía,
Había una rancherita que alegre me decía
que alegre me decía:
Pon muy atento el oído cuando rechine la puerta.
Hay muertos que no hacen ruido y son muy gordas sus penas.
Allá en el rancho grande, allá donde vivía,
Había una rancherita que alegre me decía
que alegre me decía:
Cuando te pidan cigarro no des cigarro y cerillo
porque si das las dos cosas te tantearán de zorrillo.
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